Es continuo, a lo largo de nuestra carrera profesional como creadores y directores de team building y actividades para empresas, el encontrarnos con clientes que se les ve una gota de sudor en la frente en la primera reunión para contratar un team building. Estas reuniones son fundamentales para recabar las necesidades que tiene la empresa y para ahuyentar fantasmas. Por mucho que les trasmitamos confianza y profesionalidad, por más que le enseñamos vídeos de acciones parecidas a las suyas para que se hagan una mejor idea, por más que nos ajustemos a sus necesidades… de vez en cuando aparece el miedo:
“Es que ya hicimos un team building una vez, y el resultado no fue el esperado…”
Esto es el mejor de los casos. Otros clientes directamente te cuentan que fue un desastre. Que el director fue puesto en ridículo, que la gente se sintió cohibida, que usaban un humor fuera de tono, que había muchos tiempos de espera, que el material era pobre… de todo hay en la viña del team building.
Y duele escuchar que en el mercado al que le dedicas tu tiempo, ilusión y energía, se pueden encontrar productos de team building mediocres. Porque parece que jugando todo vale, y no, el juego es algo muy serio.
Supongo que el concepto “juego” todavía no se ha librado en el subconsciente colectivo de ese componente infantiloide que lleva a la espalda. Sigue pareciendo en algunos entornos, cada vez son menos, que jugar es algo de niños, que el humor y la seriedad no van de la mano, que a los adultos ya se les ha pasado el arroz del aprendizaje por medio del juego. Y tampoco se ha librado de esa equivocada sentencia que habremos oído en diversas ocasiones: “da igual, es para los niños”. Ese “da igual” viene referido a la calidad de lo que reciben, ya sea materiales, ya sea calidad del lenguaje o calidad del equipo de artistas. ¿Cómo a los niños en una época en la que están absorbiendo los pilares de su personalidad, se les seduce con material de segunda categoría? Bueno, que me estoy yendo a otro tema, aunque por supuesto tiene que ver, y ahora me explico.
Si relacionamos al teambuilding con un mero entretenimiento, un pasatiempo o una forma de divertimento infantil, podemos caer en el error de también dedicarle una calidad inferior, humana y material, y que el resultado verdaderamente se parezca más a un campamento de verano, lejos de lo que se ha pagado por él y muy lejos de los objetivos, valores y actitudes que la empresa estaba queriendo transmitir al querer brindarles un team building a su equipo. Y ni qué contar tiene, el efecto en los participantes que ven cómo su jornada fuera de la oficina se ha convertido en un sinsentido histriónico que además les expone ante sus compañeros de trabajo.
Un mal team building lo es también para todo el sector, que es un sector delicado. No ocurre lo mismo con las películas: puedes ir al cine y ver una película mala, pero no por eso dejas de ir al cine ni pierdes la confianza en la industria. En el caso del team building, todos estamos más conectados de lo que creemos, y mi buena práctica repercute en la confianza en otras empresas de team building. Si han tenido una buena experiencia haciendo una actividad para empresa, tengamos por seguro de que el cliente va a repetir. Lo más seguro es que repita con la empresa de teambuilding que le ha ofrecido un buen servicio, nosotros en Viviendo del Cuento tenemos empresas que llevan repitiendo 10 años, pero es bueno y es compatible que de cuando en cuando desaparezcan y decidan probar otras empresas y otras formas de hacer team building; por lo que el cliente va pasando por otras manos y sensibilidades, y así todos vamos ganando con un trabajo bien hecho. Pero esta cadena circular se interrumpe de inmediato cuando tienen una mala vivencia. Es curioso comprobar lo lento que se crea la confianza y lo rápido que se destruye. Por desgracia, espero equivocarme, siempre volveremos a ver a equipos directivos con la gota de sudor en la frente al darte el visto bueno a la propuesta de team buiding que les propones… pero ahí está nuestro reto y disfrute al comprobar que ese nerviosismo inicial desaparece en los primeros compases al iniciar un buen team building.
Lo dicho, juguemos muy en serio. Por el cliente y por todos los que nos dedicamos a hacer actividades para empresa con calidad y sentido.